miércoles, 9 de junio de 2010

El viaje según Francisco León Báez

Día 1

Tenía sueño, pues antes de ir al colegio a las 00:00, me quedé durmiendo en el sofá. Luego se me fue en el autobús, gracias a los que me rodeaban. Tras una parada en Castilla la Mancha, llegamos al aeropuerto de Barajas. Desayuné frutos secos. Pasamos, a pesar de nuestra apariencia inofensiva, mucho controles. dejaron embarcar. El avión despegó, y aterrizó. Llegamos a Malpensa-Milano, nos enseñaron rápidamente Milán y comimos en un lugar habilitado para la enseñanza de las Bellas Artes. Luego, nos dieron una charla y nos fuimos para Brescia. Tras ver las habitaciones, me acosté.

Día 2

Al día siguiente fuimos a Verona, para mi la mejor ciudad que visitamos en Italia. Muy bonito el anfiteatro. No pude ver la casa de Romeo y Julieta.
Después, cena y “discoteca”. (Al menos era gratis)

Día 3

Nos levantamos temprano para ir a Venecia. Esa ciudad me decepcionó: es todo muy chico, y hay menos canales de los que me imaginaba. Además, está todo carísimo. Comimos en un chino donde servían comida italiana, y exploramos la ciudad. Las góndolas eran algo caras, y no me monté.
Después de ver la ciudad, nos dirigimos a Florencia.

Día 4

El hotel de Florencia era algo peor que el de Brescia, con las habitaciones más chicas, pero yo duermo en cualquier lado. A la mañana siguiente me levanté y vi Florencia entera, y dimos una “paraliturgia”, el Porcellino, la catedral y algo más. Tras comer, fuimos a ver el David de Miguel Ángel. Después de eso, nos cambiamos y fuimos, tras previo pago de 16 euros, a la discoteca de Florencia.

Día 5

Me levanté en Florencia cansado, y nos dirigimos a Roma pasando primero por Asís. Vi poco de ese espléndido pueblecito medieval, puesto que estaba cansado de la discoteca. Tras ver Asís, y viajar otras dos horas de viaje, vimos por fin Roma.

Día 6

Ese día vimos las Roma pagana, es decir, todos los monumentos construidos por los romanos en la Edad Antigua y que no tienen ningún significado relevante para la cristiandad. Ese día vi bastante de Roma, estuve dos veces en la Fontana de Trevi y algo más. Esa noche en Roma dormi poco, elevando algo de la cuenta el tono de voz, pero con poca relevancia.

Día 7

Ese día fuimos a la Audiencia Papal, y vimos todos los museos Vaticanos, que no es poco.
Ese día descubrí lo estafadores que podían ser los tenderos italianos, al pretender cobrarme 6 euros más por comerme un helado dentro del local. Al acabar del día, dormí muy agusto.

Día 8

Ese día fue mucho más relajado. Nos levantamos a las nueve de la mañana, desauynamos y vimos los pueblos de la periferia de Roma. Me parecieron interesantes, sobre todo Castelgandolfo, donde aún quedan agujeros de bala provocados por los combates durante la Segunda Guerra Mundial.
Probamos la porcheta, de la que me llevé a la patria.
Luego volvimos a Roma, donde vimos la iglesia donde se firmaron los pactos de Letrán. Aunque le hotel no nos montó una fiesta de despedida, nos la apañamos bastante bien nosotros.

Día 9

Me desperté muy cansado, hice la maleta y bajé para el autobús. Otra vez pasamos un montón de controles de seguridad, y nos montamos en el avión. Tras otras seis horas de viaje a Córdoba, por fin volví a mi casa, un poco harto de esa península.

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